La once constituye una tradición propiamente chilena que implica mucho más que la acción de comer, es central pensarla desde el punto de vista de la sociabilidad. Invitar a tomarla implica la construcción de un grupo.

En busca de visibilizar esta tradición arraigada en nuestra cultura, las obras buscan representar a través del lenguaje de las artes visuales las visualidades de las mesas de once desde sus características estéticas, simbólicas, representacionales, las sensaciones que involucra y qué variantes experimenta según las características sociales, económicas y territoriales en donde se desarrolle específicamente. Entendemos que las identidades (locales, familiares, nacionales, etc.) conforman el imaginario de las tradiciones, su mutabilidad en el tiempo y contexto histórico como el que vivimos actualmente.

Las obras formulan y desarrollan experiencias principalmente vinculadas al trabajo de observación de registros visuales, indagación de representaciones y creación de narrativas visuales en formato de libro pop up y en una bitácora de ilustraciones conformada por relatos visuales.
Éstas obras nos entrega un registro socio-cultural respecto a la influencia que tiene la once a en los individuos y familias chilenas, ya sea a nivel emocional, social y económico.